Con una mezcla de nostalgia, incertidumbre y alegría comenzamos la búsqueda de un lugar para poder dar inicio a las clases, esperando que la Secretaría Provincial aprobara la propuesta por el bien de los niños y de nosotros mismos. Mientras tanto, continuaba temblando y a ratos teníamos que salir rápidamente del dañado edificio hasta que pasaba el vaivén.
Estas son algunas de las alternativas que se barajaron. Finalmente, se optó por 2 casas ubicadas en la misma avenida y distante una de otra a no más de unos 150 metros. En la primera, funcionó desde Pre-kínder a 4º básico y en la segunda, desde 5º a 8º años.
Por otra parte, continuaba la búsqueda de un terreno apropiado para edificar las nuevas dependencias de la Escuela San Andrés.
Opciones había, aunque con unos precios bastante disparatados por la hectárea en los sectores disponibles, con lo cual las posibilidades de construir un edificio comenzaban a esfumarse.